Gwyneth Paltrow en 1998 protagonizó una película titulada
"Dos vidas en un instante". Una chica que vivía con su novio, hasta
ahí todo normal. Una mañana la despiden del trabajo, recoge sus cosas y cuando
llega a la estación del metro la película se divide en dos: le da tiempo de
coger el metro y las puertas se cierran segundos antes de montar. Un claro
ejemplo de cómo una vida puede ser diferente por los caprichos del destino,
aunque a veces somos nosotros al tomar una decisión los que hacemos que la vida
tome un curso u otro.
Cuando me dieron la nota de selectividad
sólo pedía que fuese la justa y necesaria para poder entrar en Periodismo. El
día que nos citaron nuestros profesores para entregarnos aquella cartulina que
decidía nuestro futuro estaba tan nerviosa que no podía estarme quieta ni un
segundo en aquella silla dura de madera. Por orden alfabético mis compis se
iban levantando y mostrando en su cara la alegría o la tristeza por el
resultado obtenido. Cuando el director pronunció mi nombre, con pasos
tambaleantes me puse delante de él. La sonrisa que mostraba me indicaba que la
nota era buena pero cuando baje los ojos al papel el 7,1 a mí me pareció
insuficiente, necesitaba como mínimo un 7,6 para entrar en la carrera que yo
quería!!!
La administrativa de la facultad me dijo:
"Con tu nota de selectividad no puedes acceder, pero puedes probar en la
Universidad de Navarra. Al año puede pedir traslado a Sevilla, siempre que
hayas aprobado una como mínimo."
Un año en Pamplona??? Un año fuera de
Sevilla??? Con 18 años recién cumplidos en mi mente aquella idea era
impensable. Estar lejos de mi madre, de mi padre y de mi hermana??? Aunque pensándolo
con la perspectiva que da el tiempo, a quien no quería dejar era a mi novio. Con
lo melodramática que era, pensaba que mi novio me olvidaría, empezaría a salir
con otra chica y yo despechada saldría con el primer navarro que me cruzara, me
casaría en el norte y vendría a Sevilla en verano y en las fiestas. Toda esa
película me monte en mi cabeza!!!!
Así que en ese punto es donde mi vida tomó
el rumbo hacia lo que es hoy, dejando a un lado la idea que siempre había
tenido de ser periodista. Durante todos estos años he pensado que aquella
decisión fue acertada y en algún momento he pensado que fue errónea.