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A cuadros!!!

Recuerdos que se agolpan en mi mente:
  • La clase extraescolar fue Mecanografía, de 8 a 9. A las ocho menos cuarto pasaba a recoger a Elena y a veces... nos parábamos 5 minutos a pintarnos los labios, unos mega-súper-rabillos y corríamos para no llegar tarde. Una mañana Don Daniel me dijo: "Tu madre sabe que vienes a clase pintada como una puerta???" Mi respuesta un rotundo SI, una rotunda mentirijilla. A la una y media cuando salíamos de clase iba restregándome la cara para que no se notase al llegar a casa.
  • Siempre juntas Elena y yo, siempre juntas Inma y Mª del Mar, nos agrupamos por cercanía de viviendas. Las cuatro inseparables. Como regalo de fin de curso a la Srta. Milagrosa le compramos una cadenita de plata con una placa donde ponía Milagrosa por delante y por detrás "Las 4 Marías" como nos solía llamar. Donde iba una, allá que íbamos las demás.
  • Mi uniforme era casero total. Mi madre me hacía las faldas plisadas gris, las camisas celestes eran sustituidas por blusas de cuello redondo con pequeños encajes y los jerséis de pico azul para mi uniforme era preciosos jersey tejidos por ella. Por la economía??? No. Ya por aquel entonces, no me gustaba vestir como nadie. Tenía que llevar uniforme pero el mío era confeccionado por mi madre, su mente era la encargada de hacerlos especiales para mí. El último invierno del colegio, me compró unos leotardos de fantasía. De la misma lana azul, tenía figuras geométricas, preciosas y originale. Una compañera de clase me dijo: "Tus leotardos son como la muñeca Cabbage Patch Kids, de mi hermana." Me estaba llamando muñeca repollo????, de forma sutil sí, así lo entendí yo. Hoy por hoy, hubiera contestado: "La muñeca de tu hermana tiene tan buen gusto como yo." Pero con 13 años no quise volver a ponerme aquellos leotardos, pese a la insistencia de mi madre. Ella me explicó que llevar ropa diferente no era malo sino al contrario, era gusto por la moda. No me convenció, supongo que todos aprendemos por nosotros mismos y no por cabeza ajena.