Mi hijo mayor hace pocos días fue con su clase de viaje a Granada.
La experiencia para él ha sido maravillosa. Cada día me cuenta algo que pasó en
esos dos días que estuvo fuera de casa. Me imagino que en su mente se repiten
los momentos que compartió con sus compañeros y cuando se acuerda de algo nuevo
lo relata.
"Mamá cuando visitamos la Alhambra el
guía de las visita nos dijo que Juana la Loca, no estaba loca de verdad.
También que Felipe el Hermoso no era guapo en realidad. Ella sabía que su
marido, Felipe, tenía más novias a parte de ella y claro para que no le
descubrieran él se inventó que estaba loca, que tenía alucinaciones. Mamá, a
que eso no está bien??? Menos mal que la historia se ha encargado de descubrir
la verdad. Mamá, no está bien tener tantas novias. Las mujeres han luchado para
ser iguales a los hombre."
Hasta ese punto de su soliloquio lo
escuchaba atentamente, afirmándole con la cabeza todo lo que iba diciendo. Pero
con esa última frase comenzaría mi discurso para hacerle entender a mi hijo que
las mujeres no han luchado por ser iguales a los hombres, han luchado por que
se les reconozca que todos los seres humanos somos iguales da igual a su raza,
sexo o religión. Eso quería que lo tuviese bien claro
No me considero una feminista a ultranza,
yo no tengo que demostrar que soy mejor que nadie, ya sea hombre o mujer.
Quiero que mi hijo comprenda y defienda que todos somos iguales.
Bueno, en realidad si tienes que demostrar
algo; te tienes que demostrar a ti mismo que puedes con todo lo que te
propongas, que tus objetivos pueden ser conseguidos si te esfuerzas. Las cosas
no son gratis, tienen un precio que se mide en esfuerzo, la cantidad de
esfuerzo depende de ti solamente, nadie te puede decir cuánto o cuando
esforzarte.