España es un país cotilla?? Nos gusta comentar lo bueno y lo malo de los demás?? Traer y llevar, importante, pero ser la primera en dar la noticia, mejor??? Por eso los programas del corazón tienen tanta audiencia??
Recuerdo que siendo ya adolescente mi madre me dio su típica charlita para que yo tomará la decisión adecuada, es decir la que ella quería al fin y al cabo: "Si tu novio llega a casa a recogerte para salir y te coge de la mano. Tienes que saber que la vecina de enfrente verá que te cogió de la mano y te beso en la mejilla, ella se lo contará a la otra vecina que "por casualidad" se ha encontrado en el rellano. Esta cogerá el tfn. para comentar algo con la amiga que vive tres casas más abajo de la calle y de pasada dará su versión de lo visto por la primera. Al final llegará a mis oídos que fueron mil abrazos y mil besos los que te dio tu novio al recogerte. Así que..." En definitiva... saludar a mi novio con un leve movimiento de cabeza y una sonrisa, nada más. Si no quería que las vecinas tuviesen tema de conversación. Que al final lo tendrían dirían: "Que pocos cariñosos al verse, esa relación no llegará a mucho." Hagas lo que hagas lo comentarios a tu alrededor están asegurados.
Creo que en nuestra genética tenemos el gen "cotilla". O será que en nuestro cerebro tenemos neuronas destinadas a comentar, con nuestro toque personal, lo que vemos de los vecinos, conocidos, amigos e incluso de los que salen en la tele.
El hecho es que si hablamos por hablar sin hacer daño, pues... una manera de pasar el rato. Lo malo es comentar haciendo daño, consciente o incoscientemente, siendo lo segundo un defecto horroroso que tienen muchas personas, por desgracia. En mi opinión motivado por la envida. "Se ve la paja en ojo ajeno y no se ve la viga en el propio."
He encontrado esta historia que refleja muy bien mis pensamientos y quiero compartirla contigo:
Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un
amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había
alcanzado.
Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con
sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le
dijo:
"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo.
¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco
lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".
El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco
lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.
Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he
terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. Ahora
debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la
calle y búscalas".
El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso
significaba y no pudo juntar casi ninguna. Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así
como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo
el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que
puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que
hiciste".
Hay que alegrarse de los logros ajenos, hay que sufrir con los males de las personas a las que quieres y estar a su lado para lo que necesiten. Si te cuentan algo lo guardas en tu interior, acumular tesoros en el corazón da satisfacciones reales.
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