Cuando comienzo a leer un libro pueden ocurrir dos
cosas:
- Si no me convencen las primeras diez páginas está condenado al olvido. Sale de mi cajón de la mesita de noche rápidamente. Me tiene que enganchar desde la primera palabra, que al leerla me haga clic en la cabeza, un libro interesante, o el clic en el corazón, los que emocionan.
- Si las diez primeras páginas me enganchan, me los bebo. Aprovecho cualquier ocasión para leer aunque sea unos pocos de párrafos, no puedo parar. Además estos libros tienen que tener muchas páginas porque cuando me gusta no quiero que acabe. Quiero saber todo lo que pasa en la historia de los personajes.
Qué tipo de libros me gustan? Los "intensos",
aquellos que comparten realidad con ficción. Si te habla el autor de un hecho
real, poder ir a Internet para infórmate más de lo que paso aquel día. Si te
habla de un cuadro en un museo, comprobar realmente que el cuadro es como te
has imaginado, y apuntar en tu libreta de viajes pendientes ese sitio para
visitar.
Cuando de este tipo de libro he leído dos o tres seguidos,
no me niego a una lectura más ligerita, más rosa, algo facilito. Aquí cuadraría
50 sombras de Grey del que te hable hace pocos días. También entraría Federico
Moccia, para mí un escritor que tuvo que leer mucho a Corín Tellado, sigue su
estela. En mi opinión, sus libros son novelas rosas, donde todo gira alrededor
del amor. Libros que cuando los cierra dices: "Ainsss que bonito!!!!
Fíjate en los títulos:
- Tengo ganas de ti
- A tres metros sobre el cielo
- Perdona pero quiero casarme contigo
- Perdona si te llamo amor...
Que rositas, que dulces y tiernos. En el título te dice lo
que vas a encontrar dentro, sincero total.
En estos días Federico y sus libros han estado de nuevo en
boca de todos. En televisión han puesto sus películas. El fenómeno Moccia ha
provocado en muchos lugares del mundo, en especial en Roma, la moda de colocar
candados con el nombre de la pareja y que simbolizan el amor. Esto ha provocado
multitud de daños en varios puentes emblemáticos de Europa: así, las
autoridades parisinas han declarado esta práctica como una "violación
contra la protección del patrimonio" y, en Italia, el peso de tantos
candados hizo una farola del puente Milvio se desprendiera, obligando al
alcalde a colocar refuerzos en el mismo.
La moda de los candados también llegó a Sevilla, candados en
el puente de Triana. Pero no son muchos los que han seguido esta moda. Quizás
los sevillanos demostramos mejor nuestro amor, paseando por las calles de
Sevilla, tomando unas tapitas.
Con mi colección de complementos también pensarás “Ainssss
que bonitos!!!”
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