El otro día en la panadería una niña de unos 13 años le pedía algo
a su madre con insistencia.
"Porfi, déjame ir!!! Me porto bien y
llego a la hora que tú me digas!! O mejor, tú me recoges." La madre
mientras tanto seguía con la mirada al frente esperando su turno. La chica
parecía un disco rayado, una y otra vez repetía lo mismo.
Todos los que aguardábamos nuestro turno mirábamos
a un lado u a otro, intentando que la madre no se sintiera más incómoda todavía
con la situación. Como madre, sé lo pesado que se pone un niño cuando tiene
fijado un objetivo, su técnica de convicción: el agotamiento mental, que se
produce más rápido si el progenitor se ve rodeado por desconocidos. Cuando
claudica, lo que realmente quiere es liarse a gritarle al niño que es un
"pesao", pero el qué dirán es motivo de freso a sus deseos. Así que
con sonrisa fingida se mantiene el tipo lo mejor que se puede.
"Mama, por favor, no salgo en dos
semanas."
Puedo asegurarte que no era mi intención
estar tan pendiente de madre e hija, pero era imposible. Y ciertamente ya mi
curiosidad quería verse satisfecha al enterarme de donde exactamente quería ir
la niña.
"Mamá todos van a ir al estreno de
Poltergeist."
En milésimas de segundo deje de estar en
2015 y viaje a 1986. Si esos momentos hubiesen pertenecido a una película, la
imagen se hubiese difuminado para hacerle notar al espectador que lo que iba a
ver a continuación eran los pensamientos del protagonista, en este caso los
míos.
Me vi con mi madre:
- Mamá, toda la clase de 8º de EGB, va a
ver el estreno de Poltergeist II. Quiero ir!!!!
- Pero si tú no ves películas de miedo, si
dices que no te gustan porque te hacen pasar un mal rato.
- Mamá mis compis se reirían de mí si les
digo eso. Voy y me tapare los ojos si me da miedo.
Supongo que también le daría la tabarra a
mi madre, sea como fuere el viernes estaba en el cine para ver Poltergeist II,
la primera se había estrenado 4 años antes, no tenía edad para ir al cine con
amigos.
No recuerdo cuantos fuimos al cine ni que
cine era. Si cierro los ojos veo a las cara de mis amigas: Inma, Mª del Mar,
Elena y Macarena, que aunque no estuviera en nuestro cole nos encantaba que se
apuntara con nosotras. De niños Sergio, Francisco, Alejandro, el cual se
suponía que era mi amigo especial pero como los dos éramos unos tímidos no nos dirigíamos
la palabra. No recuerdo a los demás.
Cuando entramos en el cine había
overbooking, estaban todas las entradas vendidas y sólo quedaban asientos
sueltos muy diseminados por la sala. Opciones: o ver la película sólo o
quedarnos de pie pegados a la pared. Con el miedo que yo tenía la segunda
opción fue por la que luche y convencí a los demás.
Que larga se hace una película cuando la
ves de pies. Te duelen los pies, la espalda y pared para apoyarse todos no
había. Así que nos turnábamos para estar junto a la pared y
"descansar". En un momento en el que yo no estaba contra la pared, en
la pantalla se produjo una escena de esas de sobresalto. Mi reacción: pegar un bote
y correr a la pared. Francisco lanzo un grito y no de miedo sino de dolor. Mi
cabeza chocó contra su nariz.
Noelia, Noelia,... Volvía a estar en 2015
y la panadera me preguntaba que pan quería. Por lo visto, estaba tan metida en
mis pensamientos que no me había dado cuenta que era mi turno. Me
preguntó si me encontraba bien cuando me lleve la mano al pecho intentándole transmitir
al pobre que ya había pasado todo y que yo no volvía a ver Poltergeist, ni la
versión original ni el nuevo remake. De miedo no quiero saber nada!!!!
Negra-verde |
Rosa-burdeos |
Blusa mangas de encaje
Coral |
Verde |
Fucsia |
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