Jersey oversize

El 24 de julio de 2003 nació mi primer hijo. Para mí algo natural, un paso más a dar en mi vida, después de casarme, tener un hijo era algo lógico. Quizás nunca te planteas fríamente que es traer un hijo al mundo, yo no me lo plantee, la verdad. La balanza de lo que te da un hijo y de lo que te quita en ningún momento se iguala, siempre pesa más lo bueno aunque reconozco que el montón de lo no tan bueno sea mucho más grande. Un beso borra las noches en vela. Una sonrisa te hace olvidar la pared pintada con rotulador. Un te quiero te llena el corazón.

Desde el minuto 1 quise a ese bebé, pero no desde que le vi la cara, sino desde que subí a casa con el papel de la farmacia donde confirmaba mi embarazo. Pero cuando me di cuenta que significaba realmente mi hijo fue el día que me dijeron que estaba embarazada por segunda vez. Me parecía imposible querer a nadie más de la manera que quería a mi hijo mayor. Bueno, yo no decía que lo quería, lo adoraba. Me dio miedo no querer a mi nuevo bebé igual, que tonta. Se quiere igual. "Una madre es para cien hijos, y cien hijos no son para una madre."

Mi abuela me dijo más de una vez: "Noelia, con Manuel se te ve el plumero. El cordón umbilical no lo has roto con él." Siempre le contesté: "Abuelita, yo los quiero a los dos por igual!!! Pero Manuel es como si me hablara a mí misma, es tan parecido en todo a mí." 

Y hoy me ha vuelto a mostrar que es mi yo en pequeñito. "Mami, me encanta leer en tu ebook como tú lo haces. Y también quiero contar historia y escribir sobre lo que conozco. Y tú eres la inspiración de mi primer texto."

Un paquete de clínex... y no digo más.

Para tus vaqueros look total

A principio de septiembre era la “velá” de mi barrio. Unos días de fiesta que por primera vez con mis 14 añitos recién cumplido iba a poder disfrutar con mis amigos, no con papá y mamá. Así que mis ilusiones por pasar unos días estupendos estaban en mi punto de mira. Lo primero era tema de la ropa. Me costó dejar a tras los vestidos de punto inglés que mamá nos hacía a mi hermana y a mi iguales. Primero conseguí que variasen de color, después en estampados, hasta que desaparecieron de mi armario. El cual se llenó de conjuntos de falda y blusa.

“Mamá, no pienso llevar falda y blusa a la velá, pareceré una niña chica!!!” No tuve que insistir mucho porque creo que mi madre comprendió que la niña tenía razón, y que ese batalla antes o después debía decidirse a mi favor. Así que tarde de compras en el centro. Primera visita, tienda Levi´s de la Araña.

- Noelia, estos vaqueros tienen la etiqueta cortada y muchos tienen taras.
- Mamá ahora todo el mundo compra aquí los vaqueros son más baratos.
- Vale que no te pongas falda y quieras ir en vaqueros…. PERO ROTOS???? La tienda Levi´s está aquí cerca en la calle Odonell, comienza andar.
Así que mis levi´s estaban en perfecto estado y con una etiqueta de plata, porque a mi madre le aseguro el dependiente que eran los “mejores”, unas 10.000 pesetillas de la época, un dineral!!! Pero mamá pensaba que ya que iba a ir en vaqueros, que fueran los mejores.
- Que zapatos te va a poner???
- Los botines, mamá.
- (Ojos como platos) Vamos a la tienda del caballo y te compras unos castellanos, esos zapatos de piel duran toda la vida.

Manterolas de cuadros

El Dr. Halsted, médico estadounidense, se considera como uno de los principales precursores de la cirugía moderna. William defendía la asepsia en sus quirófanos y durante toda la operación y postoperatorios.
Como todo gran hombre siempre tiene una gran mujer a su lado. el Dr. Halsted confiaba en la enfermera Hampton para que esa meticulosa limpieza que él quería, se llevase a cabo. Dentro de los quirófanos eran el Dr. Stewart y la enfermera Hampton, dos profesionales cuyo objetivo era salvar vidas. Fuera de ellos el amor iba creciendo cada día más.
William observó que Carolina padecía dermatitis atópica, que empeoraba con los antisépticos que se utilizaban antiguamente para desinfectar las manos. Esto llego a ser tan alarmante que pronto quedo impedida para trabajar en el quirófano. El encontraría una solución para que Carolina no dejase de trabajar hombro con hombro.
El Dr. Halsted se puso en contacto con una conocida firma que fabricaba artículos de caucho y neumáticos para vehículos, les pidió que diseñaran unos guantes de goma lo más fino posible para que así la enfermera Hampton pudiese realizar el trabajo preciso que se requería del quirófano.
Ese fue el comienzo del uso de los guantes de formas, a finales del siglo XIX, un uso obligatorio para doctores y enfermeras en la actualidad.
Una demostración de amor muy bonita que al final ha tenido consecuencia para el resto de la humanidad.
Eso sí que es una prueba de amor!!!! Y no arriesgar la vida para poner en una autovía un cartel que día : “MariPuri feliz cumpleaños!!!” Por qué es peligroso y encima ensucia la vía pública, no te parece??? Otra cosa que no me parece necesaria es: “He cambiado por mi pareja.” Nadie tiene que cambiar por la otra persona, si te enamoras de alguien tiene que ser con sus virtudes y sus defectos. Si sólo se ven los defectos, no se ha elegido la media naranja adecuada.

Oversize estampados. Con o sin cinturón.

Cuando cumplí 22 años tuve una cena muy especial. El que era mi novio, hoy marido, me llevó al restaurante de uno de los hoteles de más renombre de Sevilla.

Al sentarme en la mesa, ayudada por el maître y ante la perspectiva de la mesa llena de copas y cubiertos….me sentí Julia Robert en Pretty Woman. Sólo había visto tantos cubiertos juntos en el cajón de la cubertería de mi madre, que sólo se abría en las navidades!!!! Menos mal que al pedir un único plato retiraron todos los cubierto no necesarios, sino me hubiera costado decidirme por uno u otro, se parecían muchísimo!!!!

Con el paso del tiempo ya he aprendido a distinguir cada tenedor, cucharas y cuchillos. Y siempre quedará el truco de utilizar los cubiertos desde los más alejados al plato hacia a dentro. Y otro truco: mirar a ver qué hace el primo de Madrid que él está acostumbrado a ir a restaurantes de lujo, no???

Otra cosa que recuerdo de aquella noche es que cada vez que tomaba un poco de mi copa de agua a los 2 segundos exactos el camarero muy amablemente la rellenaba, en la tercera ocasión que ocurrió decidí tomar mi agua en intervalos de tiempo más grandes, para no tenerlo pendiente de mi toda la noche, por poco me “engollipo” con la comida!!!!!

Así que desde aquel mismo día entendí que soy más de “estilo compadre” algún sitio que la comida estando rica no tenga tanta parafernalia a la hora de comer, ni a tanto camareros pendientes de lo que hago. Aunque… con los años se vuelve una más sibarita y los sitios buenos gustan, y gustan por el echo de permitirse un lujo, no te parece???