Imagínate la situación. Me levanto con el ánimo por las
nubes. Me miro al espejo, sin maquillar, del cabello mejor no hablar,
parece que haya estado dormida haciendo el pino. No obstante… me veo
perfecta!!!! De esos días que te ves con el guapo subido.
Así que decido dedicarme un poco más de tiempo a mejorar ese
"guapo", pienso lo que me voy a poner, los complementos, maquillaje
sencillo pero favorecedor.
Salgo a la calle pisando fuerte, segura de mi misma. Yo
tengo la suerte de tener a mis dos abuelitas, pero no me hace ni falta
llamarlas para que me den una dosis de cariño para mi autoestima.
Inciso. Esto lo deberíamos hacer todos los días, pero...
como te veas mala cara en el espejo o hayas tenido mala noche,... cuesta más
trabajo pisar fuerte.
Continuo. Voy por la calle feliz como una perdiz. De
pronto... tengo que pasar por delante de un grupo de albañiles que están
trabajando en la calle. Y escuchas: "Niñaaaa!!!! Vaya tela, niña."
Uffff es como un jarro de agua fría, si ellos vieran en ti lo que tú has visto
esta mañana en el espejo, pero es que les dicen eso a todas las chicas que
pasan por delante de ellos. Además, no sé tú, pero yo me pongo nerviosa,
acelero el paso, resultado tropiezo y escucho las risas detrás de mí. Que
corte!!!! (Mi amiga Inma ahora mismo está asintiendo como una loca
y solo de imaginarse la situación muerta de vergüenza!!!)