Nunca tuve la necesidad de "cocinar" primero mi
madre y después mi padre se encargaron de alimentarme. Cocer una pasta o ayudar
a la abuela a freír rosquillas no lo consideraba como arte culinario, y
sinceramente, tampoco es que me llamase mucho la atención. Con 26 años, recién
casada, sólo tenía un pequeño recetario en un blog de notas. Recetas que escribí
dictadas por mi suegra, se suponía que con aquellas notas alimentaría a su
hijo.
El primer guiso de lentejas que hice acabo directamente en
el cubo de la basura, las lentejas flotaban en un agüita sucia. El segundo
guiso siguió el mismo camino, esa vez puse menos agua y se quemaron. Así que
estuve un tiempo, grande, sin comerlas, la rechace de mi menú por no dejarse
cocinar. La carne con tomate unas veces salía durilla y otras veces
demasiado blanda. Hubo momentos en los que pensé que mi familia se alimentaria
de latas de fabadas y de comida precocinada. Menos mal que la paciencia y la
cabezonería no me abandonaron, sino hoy te podría dar un listado de comidas
“calentar y listo”.
Sí, puedes pensar que era una muy mala cocinera ya que hacer
un guiso de lentejas no tiene complicación ninguna, hoy lo veo como lo más
sencillo del mundo pero antes... era una pesadilla. Después de 15 años de
probar en la cocina no puedo decir que sea una gran Chef, pero me defiendo. Un
punto a mi favor es el interés que pongo y sobre todo cariño para que me salga
bien; creo que para cocinar es indispensable y hay cosas tan lógicas que sólo
es pensar un poquito.
Pensar y utilizar la lógica. Por eso hay cosas que me llaman
tanto la atención:
- Hacer una tortilla de patatas con patatas de paquete??? Cuando lo escuche tuve que aguantar la risa para que la chica que lo estaba diciendo no se enfadara. Me pregunto dónde habría comido una tortilla que crujiera.
- Si no quieres que el aceite te salpique freír con aceite tibio. Eso más bien es cocer, no??? A esas personas le recomendaría un traje ignífugo, jijiji.