Estilo en la playa o en la piscina.



Te has leído la trilogía de Cincuenta sombras de Grey? Me aventuro a decir que sí, sino los tres libros el primero porque la curiosidad es fuerte, ese no falla. Yo también caí en la tentación por los comentarios y no fueron uno sino los tres, y uno por semana, rapidito.

Recuerdo estando en Zahara que llego mi prima con una amiga. Esta chica a la que acababa de conocer me pregunta: "No tendrás el segundo libro de Grey???" Ni sabía quién era Grey, ni el segundo, ni el primero. Su cara de desilusión fue enorme, y empezó a contarme la historia, lo "sensual" y "sexual" que era,.... y otra serie de comentarios que me sorprendía recibir de una chica que no conocía de nada. Así que pensé que más que un libro era una revista erótica.

Ya en septiembre cuando volví a clases de pilates, dos de mis compis estaban hablando del libro: "Porque páginas vas?"," 180", "Ya te queda poco para llegar a cuando él,...." Otra vez el libro!!!! Las chicas de los comentarios eran dos señoras de más de 50, mi curiosidad aumentaba. Otro día comprando el pan, la panadera le decía a la cliente: "Me queda poco para acabarlo, te lo paso en esta semana. Que digo!!! Te lo doy mañana, esta noche lo termino. No puedo dejar a este pobre muchacho más días con los pantalones bajados." 

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Un ratito de costura. Ufff que pereza!!! Por eso he aprovechado para hacer dos cosas a la vez: tomar el solito en el jardín de Zahara y coser. Al poner me a coser, mi mente se ha llenado de imágenes del pasado.
Las ganas que tenía de llegar a tercero de EGB. En ese curso todas las niñas del colegio hasta octavo nos reuníamos en la clase de tercero que era enorme a hacer punto de cruz las tardes de los viernes.

Lo recuerdo con mucho cariño. Aquellas tardes de invierno, las lluviosas y frías tardes de invierno. Todas sentadas pegadas a la pared con nuestras labores sobre las rodillas. Charlando de cosas de niñas y cosiendo la “muestra”. En la muestra tenías que hacer una línea del mismo tipo de punto: cruz sencilla, cruz doble, estrellas, rombos, vainica,…Bueno la vainica, me resulto imposible, así que… mi abuelita me lo hizo, pero aquello la señorita Milagrosa nunca lo supo. Hoy pienso que sí lo sabía, pero que miro para otro lado. Muchas de aquellas tarde mi padre me freía almendras para picotear mientras cosíamos. La señorita Mª Jesús al principio no le hizo gracia: “Manchas la labor!!!!”. Pero cuando probó las almendras creo que ella también quería que llegaran las tardes de los viernes para comerlas. Que ricas!!!!