Para mí hay dos formas de dormir:
En tu cama, profundamente por la noche. Recargando pilas
después de un día largo de trabajo. Desconectar del mundo real y sumergirte en
el de los sueños. Sueles recordar tus sueños por la mañana?? Yo tengo esa
suerte, muchas veces me despierto reteniendo esas imágenes imaginarias, a media
mañana se me han olvidado. Siempre me sorprendo al comprobar lo divertida que
es mi subconsciente, se lo pasa pipa.
Otra forma es: Hacer un "cascaburrito" a media
tarde. Como le pongo nombre a todo, para mí después de comer la cabezadita de
10 a 20 minutos que haces en el sofá se llama así "cascaburrito". Esto
no suele ocurrir muy a menudo. Ya que las actividades extraescolares de
nuestros hijos, nos hacen tener una agenda repletas de citas a las que tienes
que ir corriendo para llegar a la siguiente. El finde es más apropiado para
esto. En invierno porque hace demasiado frío para salir de casa y en verano
antes de bajar a la piscina. Además tienen que darse unas condiciones
esenciales para que en esos minutos descanses en un duerme-vela, el sueño no te
abraza del todo como por la noche.
- Principal
condicionante: en la tele tienes que estar viendo una película de Antena 3
de sobremesa. Matrimonio feliz se compra casa y la niña pequeña se pierde
en el bosque cuando está a punto de estallar una tormenta de nieve, se
aproxima un huracán o se declara un incendio en dicho bosque. Un
helicóptero de rescate siempre viene bien, el sonido del motor adormece
muchísimo.
- Tus
hijos deben estar contigo en el sofá con sus piernecitas encima tuya,
preferiblemente en el costado, un pie en las costillas te corta la
respiración y te entra sueño, nunca viene mal.
- El
escuchar de vez en cuando que uno le pregunta a otro: "se ha dormido
ya??" para cambiar de inmediato de canal también ayuda a conciliar el
sueño.
- El
tener que pensar en la cena, en que la lavadora está a punto de acabar, la
ropa espera ser tendida, y en todas las tareas cotidianas-rutinarias de la
casa,... pensamientos soporíferos que aburren, acabas dormidita.
Ten por seguro que a los 15 minutos pegas un salto del sofá
y ya estás lista para comerte el mundo. No has desconectado del todo, la
conversación de los niños hablando del juego de la Nintendo la puedes repetir íntegramente,
pero por lo menos has estado tumbada en el sofá en un momento del día en el que
no sueles ni aproximarte a él.
A mí me encanta, ese momento de estar consciente pero
incapaz de mover ninguna parte de tu cuerpo por estar tan relajada, es como
flotar.
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