Continúo...
Pues nada, pasó la procesión y los padres
de Mª del Mar, nos pusieron en marcha dirección a la parada del autobús,
destino a casita; acababa el día.
En cuanto me puse de pie... sentí que algo
había cambiado. Las blondas de encaje ya no estaban tan "pegadas" a
mi piel. Di tres paso y noté perfectamente como la seda de las media se
deslizaban por mis piernas.
Me paré, levante mi falda lo suficiente
para comprobar que el tiempo que había permanecido descansando los pies había
hecho que las medias cediesen y se me caían!!!! Desde Plaza del Duque hasta la
Puerta Jerez, hice penitencia como los nazarenos que había estado viendo
durante todo el día. Arrastraba los pies, caminaba despacito, no doblaba las
rodillas, pero.... caían, no oponían ninguna resistencia a la fuerza de la
gravedad.
No cierro los ojos y veo las cara de Inma
y de Mª del Mar, estaba demasiado preocupada por las dichas medias de seda, que
hacía una hora me parecían una maravilla. Y aunque no recuerdo esas caras,
seguro que las dos se estarían riendo a mandíbula batiente!!!! Segurísimo,
porque las conozco desde que tenía tres años!!!!
Casi llegando al autobús descubrí que
cogiendo a la falda un buen pellizco podía apresar las medias a la vez y así
evitaba que deslizaran hasta mis tobillos. Parecía una noble de la edad media, preparándose
para realizar una reverencia ante la reina; llevaba la cabeza pegada al pecho
controlando en todo momento que la sujeción se llevara a cabo.
Montada ya en el autobús, mis medias se
calmaron y me puse a charlar con mis amigas.
- Qué deseo habéis pedido a la estatua del
entierro de Colón -me pregunto Mª del Mar.
- Yo no lo cuento, que no se cumple-
contesto Inma.
- A mí mejor que ni se me conceda!!!!!-
fue mi respuesta, seguida de mil preguntas por parte de mis amigas. Así que....
- He pedido cruzarme con el hombre de mi
vida!!!!
Ataque de risa.
- Y he visto a José Antonio!!!!!