En
una carpeta guardo toda "mi titulación". Si he tenido que presentar
la justificación de mis estudios en algún proceso de selección, la carpeta
blanca ha venido conmigo. Cuando he optado a los puestos de la Junta de
Andalucía, la carpeta blanca servía para compulsar todas las fotocopias que
presentaba. Para mí la carpeta blanca es mi vida de formación. No
son meros títulos o diplomas, cada uno de ellos representa un esfuerzo y sobre
todo un momento de mi vida en el que compartí con personas maravillosas.
Mi
años de EGB, porque yo fui a la EGB, no solo me sirvieron para aprender a leer o
a escribir, me fueron moldeando como persona. Mis primeros amigos, de los
cuales conservo muchos. Tener complejo de esponja, al absorber tantas cosas
nuevas. Me encantaba el colegio, mi pequeño colegio, de una línea por curso. 30
niños de cada edad y ni uno más. Mis años en BUP, el de COU,... los cursos de
FPE, el master de informática,...
Mis
títulos, mis “cromos”, como yo los llamo y ninguno repetido.
En
esta carpeta también están dos libros de tamaño cuartilla. El expediente de EGB
y el de BUP, el primero amarillo y el segundo verde andalucía.
En
el de EGB la foto con 3 años que presentó mi madre en mi matriculación, que
niña más mona!!!! Otra foto cuando finalizaba en octavo, que niña más pava!!!
En el de bachiller ya no ponían foto, en la adolescencia todos salimos
horrorosos en la foto, para que ponerla.
Todos
estos recuerdos han venido a mi mente cuando hace pocos meses fui a recoger el
expediente de primaria de mi hijo mayor. Acaba primaria!!!! El bebé rubito de
ojos de color del cielo, ya tiene doce años y pasa al instituto. Si con catorce
años que tenía yo, me vía una cría, con dos años menos ni te cuento como son!!!