Plisado o no?


Plisado asociado al uniforme del colegio.

De primero a octavo: ocho años. Ocho años con esa falda gris plisada, blusa celeste y complementos en azul marino; rebeca, calcetines, zapatos, sin olvidar el lazo para la coleta. Ocho años vistiendo de lunes a viernes con la misma ropa. Ocho años, que son muchos días!!!

Cuando cumplí los once y entraba en sexto le dije a mi madre que me cambiara de colegio que no podía ir vestida igual todos los días. Viéndolo desde la perspectiva actual mi madre estaría encantada, el uniforme supone menos en gastos en ropa, en la economía familiar cualquier reducción de gastos es bienvenida. Pero aquella pataleta sería fuerte porque en aquel momento mi madre hizo pequeñas concesiones. Mis blusas ya no eran como las de los chicos, tenía el cuello sin acartonar, cuellos de chicas; algunas tenían hasta pequeños adornos. Mis leotardos dejaron de ser de algodón liso y empecé a utilizar medias de fantasía, azul marino, pero eran diferentes. Y mi falda se acortó unos centímetros!!!!!

El mismo día que acabé el colegio cogí las tres faldas, las cinco blusas, las medias, los calcetines y rebecas, lo metí en una bolsa y lo tiré al contenedor. A mí madre por poco se le salen los ojos de la cara al escuchar lo que había hecho. Me tendió las llaves de casa y me dijo: "Te vas al contenedor, lo coges y pones la lavadora con todo." Estaba tan contenta de deshacerme de mi uniforme que no pensé en mi hermana pequeña, y que a ella le quedaban dos años más de colegio. 

Caprichos para que disfrutes!!!!

Cenas temprano. Recojes la cocina y miras el reloj: "Sólo las diez, hoy veo la tele tranquilita. Juuuuu!!!" Te pones a ver una película, pero a verla de verdad, sin pensar en el almuerzo del día siguiente, ni en el trabajo, ni..., en nada. Sólo disfrutas de la película.

Al ratito te pasa un pensamiento por la cabeza: "Me comería... un trozo de tarta de chocolate rellena de plátano de la pastelería Alemana de Matalascañas!!!" Que pena que Matalascañas esté a una hora de casa y que cuando llegue va a estar cerrada. Un capricho imposible de conseguir.

Entonces te levantas del sofá, vas a la despensa a coger lo primero que pillas que tenga chocolate, aunque sea la última galleta de un paquete olvidado detrás del azúcar. Algo que tenga glucosa, algo que te quite el mono de chocolate.

En el concierto de Malú del pasado día 16, para presentar su actuación con Miguel Poveda hablaba de esto, caprichos a deshora. Y de los caprichos que se pueden hacer realidad. Dice una frase que alguna vez he podido decir: "Aquí mi capricho y aquí yo, a disfrutarlo!!!" Para ella su capricho era actuar con Miguel Poveda, ha tenido la suerte de conseguirlo y de disfrutarlo.

Vestido largo!!!!


Cuando veo a las quinceañeras, esperar en la puerta del hotel donde está concentrado un equipo de fútbol, horas y horas, sólo para ver pasar a los jugadores, ponerse a gritar y a llorar,... no lo entiendo.

Esperar a la salida de la Plaza de toros, para gritarle “Oles” al torero de moda, a pleno sol, con unos 40 grados, sin una poquita de sombra. No lo entiendo.

En las últimas noticias del telediario hablan sobre el gran concierto que da un cantante. Hablan del escenario de luz y color. Hablan de los países que ha visitado ya y otra lista igual de extensa de las futuras citas. Por último se van a la cola para entrar al concierto. Allí están las chicas con sus hermanas mayores e incluso las madres, "las superfans", y dicen que son las primera porque han pasado la noche entera allí. No lo entiendo.

Enterarse la chica que el cantante de los posters de su habitación sale en avión un día en concreto y pasarse todas las horas de ese día en el aeropuerto para verlo pasar. O pasear con el perro como la que no quiere la cosa por donde vive el portero de su equipo para que le firme la camiseta. Otra cosa que no entiendo.

Más monos!!!



Edward A. Murphy Jr. trabajaba con cohetes por rieles. A este hombre sus experimentos no le salieron muy bien, así que al final enuncio la siguiente ley: 

«Si algo puede salir mal, saldrá mal.»

Cuando dijo esto no sabía lo que iba a desencadenar. A partir de ahí cuando una persona quiere explicar sus infortunios, con un toque cómico, nombra a Murphy. Y yo la primera.
 Mis leyes.
"Ley 156. Si hablas por el móvil te llamarán al fijo."
"Ley 209. Si acabas de limpiar el baño, alguien tiene la urgente necesidad de utilizarlo."
"Ley 144. Si tienes dos planes para esa tarde, te cuesta decir que hacer, no te preocupes al final se anularán los dos."

Es muy normal en mí echarle la culpa a Murphy, y el número de la ley  me lo voy inventando sobre la marcha.

Así que me hizo el otro día mucha ilusión el saber que no estoy sola en el mundo de las leyes de Murphy, que somos muchos que las utilizamos para restar importancia a lo leve-negativo que pasa en nuestras vidas. No hay que prestarles más atención.