Siempre una tiene claro que
habrá sitios de la tierra a los que nunca viajara. Sitios donde no podré ver ni
amaneceres ni atardeceres, de los cuales no disfrutaré de su gente, cultura,
fauna y flora. Lo que si tengo claro es que si físicamente mis pies no pisaran
esas tierras, mis sueños y fantasía si lo pueden hacer. Y quizás la fuerza de
los sueños hagan que se cumplan, nunca se sabe lo que el destino guarda para
ti; la vida da muchas vueltas.
Mi primer viaje soñado sería a
Noruega. Me encantaría hacer un viaje por los Fiordos y contemplar en sol de
medianoche. 24 horas de luz diurna!!! Allí seguro que no podría decir ”me
faltan horas en el día para todas las cosas que quiere hacer mi mente inquieta”.
Esta ración extra de luz al día proporciona a la fauna y flora de Noruega una gran inyección de energía, que deberán administrar bien porque en invierno el
sol desparece del cielo. Con esta inyección superior de sol las poblaciones costeras
invitan a los visitantes a realizar viajes en barco, safaris de ballenas y
focas, excursiones de observación de aves, mostrándote cómo reaccionan ante el
sol de medianoche. Si no te apetece salir de expedición en esas mismas
poblaciones encontraran un gran abanico de ofertas de comida y bebida, degustándolas
teniendo delante un paisaje de postal. Los fiordos son una obra de arte
esculpida por la propia naturaleza. Son formaciones que surgieron cuando se
retiraron los glaciares y el agua del mar inundó los valles en forma de U.