Un ratito de costura. Ufff que
pereza!!! Por eso he aprovechado para hacer dos cosas a la vez: tomar el solito
en el jardín de Zahara y coser. Al poner me a coser, mi mente se ha llenado de
imágenes del pasado.
Las ganas que tenía de llegar a
tercero de EGB. En ese curso todas las niñas del colegio hasta octavo nos
reuníamos en la clase de tercero que era enorme a hacer punto de cruz las
tardes de los viernes.
Lo recuerdo con mucho cariño.
Aquellas tardes de invierno, las lluviosas y frías tardes de invierno. Todas
sentadas pegadas a la pared con nuestras labores sobre las rodillas. Charlando
de cosas de niñas y cosiendo la “muestra”. En la muestra tenías que hacer una
línea del mismo tipo de punto: cruz sencilla, cruz doble, estrellas, rombos,
vainica,…Bueno la vainica, me resulto imposible, así que… mi abuelita me lo hizo,
pero aquello la señorita Milagrosa nunca lo supo. Hoy pienso que sí lo sabía,
pero que miro para otro lado. Muchas de aquellas tarde mi padre me freía
almendras para picotear mientras cosíamos. La señorita Mª Jesús al principio no
le hizo gracia: “Manchas la labor!!!!”. Pero cuando probó las almendras creo que
ella también quería que llegaran las tardes de los viernes para comerlas. Que
ricas!!!!