En estos días los niños de sexto de primaria del colegio de
mis hijos se han ido de viaje de fin de curso. Que pequeños, con 11 y 12 años.
Está generación va adelantada en varios años con respecto a la anterior,
siempre lo digo. Ellos se ven súper mayores para viajar solos, aunque para mí
no dejen se ser unos niñ@s. Lo que no cambia, generación tras generación, es la
preocupación de las madres durante los días que están fuera de casa.
Hablando con una de las mamás de esos niños nos hemos puesto
a recordar nuestro viaje de fin de curso, a ninguna de las dos no nos
importaría repetir la experiencia. Aunque si le pregúntense a Don Daniel y a
Don Jacinto, los profes que acompañaron a mi clase en el viaje seguro que
no querrían repetir.
Mi viaje tuvo dos partes. La primera Granada, tres días.
Casi todos por primera vez salíamos solos de casa, la primera vez que veíamos
la nieve en Sierra Nevada, la primera vez que íbamos a la discoteca,... muchas
primeras veces que hicieron que las emociones nos superaran. La segunda parte
del viaje era Torremolinos, para ir al Tivoli World y a la playa, otros dos
días.
Mi grupito: Mª del Mar, Inma, Elena, Eva, Pilar, Reyes y yo,
estrenando mi permanente con unos rizos tan pequeños que parecía un caniche,
pero era la moda y me veía monísima. Niñas de 13 años con cuerpo de mujer. En
el Tivoli no nos dejaron montarnos en el Tiovivo porque el cartel ponía muy
clarito: "Para menores de 14 años." Por más que decíamos que teníamos
13 no nos creían.