Tomando apuntes en clase de historia mi bolígrafo me avisaba que su tinta se acababa. Abrir mi mochila, buscar el estuche, sacar un nuevo bolígrafo y volver a la postura de oyente atenta, tuvo como consecuencia perder tres o cuatro frases que no pudo retener mi mente. Al finalizar la clase me volví al compi de la derecha y le pedí que me prestara sus apuntes para copiar lo que me faltaba. "No me extraña que te hayas quedado atrás, con esa letra redondita que tienes y escribiendo las palabras enteras."
Palabras enteras??? Lo comprendí inmediatamente al mirar sus apuntes, todo eran abreviaturas o letras sueltas que supuestamente eran palabras!!! Se había querido meter conmigo con "letra redondita" pero mis apuntes eran textos que después se podían estudiar simplemente con leerlos, los de él necesitaban una traducción simultánea.
Siempre me negué a sacrificar palabras por correr a la hora de tomar apuntes, mi mano corría y mis dedos sujetaban fuerte el bolígrafo para que este no escaparse entre mis dedos, buena fe de ello da la marca que tengo en el dedo corazón. Bueno, tengo que confesar que las palabras que sufrieron recortes fueron también y que, por tb y q, pero ni una más.
En mi primer trabajo como profesora en el centro de formación se impartían clases de taquigrafía un reto al que quise enfrentarme. La taquígrafa en los juzgados es la que está más informada de todo y eso de ir a los juicios con tu traje de chaqueta y zapatos de salón, siempre me pareció de lo más sexy.
En la primera clase de taquigrafía que recibí, te pedían que escribiera un texto sin vocales, unidad 1 superada. En la segunda, empezaban a desaparecer algunas consonantes y eran sustituidas por símbolos; por ejemplo los adverbios acabados en -mente se sustituyen por una raya. En la tercera clase cuando termine de escribir mi texto, me levanté y dije: "No me gusta la taquigrafía es como un verdugo de palabras". Compadecí a las taquígrafas de los juzgados que van muy bien vestidas pero escriben jeroglíficos. Siguiente reto, por favor.