En mi opinión hay películas que marcan una época. En la década
de los 90 esas películas fueron Pretty Woman y Dirty Dancing. Seguro que has
visto cada una de ellas infinidad de veces y si haciendo zapping te las ha
encontrado las has mirado un ratito con una sonrisa de oreja a oreja pensando
en lo que te gusta, lo que significó para ti en su momento.
Dirty Dancing. Patrick Swayze, haciendo de Jhonny el
profesor maduro y experto, tan atractivo. Jeniffer Grey, la inocente Baby
saliendo de la adolescencia creyéndose una mujer. Película que centraba su
guion en el baile, aunque era una tapadera para el tema verdadero, la
diferencia entre clases sociales de Norteamérica durante los 60. Que dulce,
todo era suave, que romántica. La escena en la que Baby lleva la sandía a la
fiesta clandestina de los trabajadores, es de una inocencia!!! Ella ve a ese
chico tan guapo y sólo puede decir: "He traído la sandía". Desde
entonces veo una sandía y me acuerdo de Dirty Dancing, como quedan relacionadas
las cosas sin tener parecido ninguno. Y no has deseado que tu chico te
levante como Jhonny levantaba a Baby en el agua? Sentirse tan ligera como una
pluma. Nunca lo he intentado. Siempre pensé que me caería y quedaría con la
cabeza clavada en el suelo, que haría el pino sin manos.
Pretty Woman. Julia y Richard, aunque han hecho más
películas juntos ya no ha sido igual de mágico que aquella primera vez.
Recuerdo que fui a verla al cine con mis amigas, en el cine Cervantes, estaba
lleno hasta la bandera. El cuento de la cenicienta en versión moderna. Desde que vi la escena de los dos en la ópera tuve unas ganas locas
por asistir a una representación de cualquier obra del "belle canto".
Lo conseguí cuando fui a ver Aida en el Auditorio de Sevilla. Pero no "me mee en
las bragas", no sé si porque eso sólo pasa con la Traviata o porque no
había llegado en jet privado. Aunque he de reconocer que desde entonces algunas
veces tecleo en youtube: "amami Alfredo", para recordar la noche mágica de los protagonistas, un cuento de hadas hecho realidad. También la
escena de una imponente Julia paseando por Rodeo Drive impacta. Quien no ha deseado
tener una tarjeta sin límites e ir pegando tarjetazos comprando todos los caprichos? Y sobre todo sin tener que pensar en la factura del gas, la de la luz, la del agua y en la pesada hipoteca.