Ole, Ole,... ya huele a Feria!!!!

Llevaba más de 12 horas de parto. No hay una ley exacta para las primeriza, sus hijos nacen en minutos o tardan días en ver la luz del nuevo mundo que los recibe. Pero,... Victoriana llevaba ya muchas horas escuchando la voz de la vieja comadrona de su pueblo repetir: "Primeriza y vieja, no puede ser un alumbramiento fácil, está claro." Victoriana se casó con 27 años, en el año 47, en una España que intentaba resurgir de sus cenizas, una mocita que con su edad casi ya estaba relegada a "vestir santos". Ella tan alta, tan seria, casi siempre vestida de negro... casi no le importaba que se cumpliese el dicho. Su casa, la casa de sus padres, era un lugar maravilloso para vivir, le daba igual hacerlo toda su vida en ella. Pero... aquel mozo, de ojos color del cielo, se cruzó en su camino y nueve meses después de la boda, allí estaba; con un parto largo, con perspectivas de ser el más largo asistido por la comadrona de la Granja de Torrehermosa, Badajoz.
Braulia, su hermana entraba de vez en cuando a la habitación donde ella pasaba los minutos gritando o intentando descansar entre contracción y contracción. Le cogía la mano, secaba el sudor de su frente y susurraba palabras de ánimo. En una de aquellas ocasiones le dijo muy bajito, para que nadie compartiera sus miedos:
- Victoriana, empuja fuerte. Haz que tu hijo llegue lo antes posible. Nuestra madre agoniza, y no se quiere ir de este mundo sin conocer a su nieto. No quiero verla sufrir.
- Que triste es que yo esté en estos momentos luchando por tener a mi hijo cuando lo que realmente me gustaría hacer sería estar con mi madre.
Para Victoriana su madre era lo más grande, ella la quería más que a nadie en el mundo. Con el paso del tiempo, sus cinco hijos serían su pasión y desvelo, pero eso no lo sabía ella en aquellos momentos. No podía pensar en el parto, su corazón estaba roto al saber que en la habitación contigua su madre se iba de su lado para nunca volver. No quería darle el adiós definitivo y sabía que el llanto de su hijo sería el aliento para apagar la llama de su vela. Así es la vida de paradójica a veces, separadas por un muro la vida y la muerte luchaban por ver cuál era la más fuerte, utilizando a una madre y a su hija parturienta.
- Venga, haz un ultimo esfuerzo. Escucha a la comadrona. - instaba Braulia.
Victoriana asentía mientras las lágrimas le recorrían las mejillas.
- Venga muchacha, probemos otra vez. Qué quieres un varón o una hembra?
- Me da igual - contestó Victoriana inmersa en su dolor.
- Será un varón como quiere su padre. Se llamará Antonio en honor de nuestra madre, verdad hermana?
- Si es un varón se llamará Dionisio, como su padre, por ser el primogénito. Si es niña se llamará Antonia como nuestra madre. Si este es niño, ya tendré una niña para ponerle su nombre. Mi hija llevará el nombre de quien me dio la vida, para que siempre esté entre nosotros. Lo prometo.
Nació por fin Dionisio, Dioni como lo llamaban en tono cariñoso y para diferenciarlo de su padre. Y el bebé que nació teniendo abuela pronto se quedó sin ella, no sin antes haber estado entre sus brazos y haber recibido los mimos que corresponden a cualquier recién nacido. Deberían de pasar tres años para que naciera Antonia y Victoriana cumpliese su promesa, una hija con nombre de madre.
No sé cuando tomé conciencia de que la persona que me tapaba por la noche en la cama, la que estaba siempre pendiente de su hija mayor, a la que yo llamaba "mamá" y a la que adoraba, se llamaba Antonia. Los niños tardamos en saber como se llama la mujer centro de nuestro universo.
- Mamá porque todos te llaman Antoñita si te llamas Antonia??
- No me gusta mi nombre. Me llamo así por mi abuela y por que mi madre lo quiso.
Ya en el instituto le dije a mi madre un día que una de mis compañeras se llamaba María Antonia, que era una chica simpática y guapísima, el nombre no me parecía nada feo en ella.
- Noelia, no me gusta mi nombre, el tema no da más de si. Y por lo que más quiera, si tienes una hija nunca le pongas el nombre de su abuela.
Hace pocos días Macarena me habló de la "Fortaleza Antonia", la muralla que rodeaba Jerusalén. La que protegía a la ciudad del ataque de posibles enemigos y resguardaba a sus habitantes. Ni que decir tiene que mi madre vino a mi mente, las compare al instante. Ella que nos protegía, ella que abrazaba a la familia como a su mayor y único tesoro. A mí madre no le gustaba su nombre, pero creo que le iba como anillo al dedo.

Todo preparado para la Feria de Abril??? Te propongo unos estilismos ideales para pasear por el Real, y muy ponible para múltiples ocasiones. Apuesto por el rojo y no deben faltar los lunares, por supuesto!!!!

Vídeo de la propuesta... Aquí


Vestido fluido manga capeada
Talla S M L
Color: rojo, azul eléctrico, negro y blanco.
Precio: 16 €

Vestido recto detalle volante.
Talla S M L XL
Color: rojo, azul eléctrico, negro y blanco.
Precio: 20 €

Vestido fluido manga murciélago
Talla S M L
Color: rojo, azul eléctrico, negro y blanco.
Precio: 20 €

Vestido falda tableada.
Talla S M L XL
Color: rojo, azul eléctrico, negro, rosa y blanco.
Precio: 22 €

Vestido corte recto lunares
Talla S M L
Precio: 24 €

Pantalón ancho con estampado de lunares.
Talla 38 40 42 44
Precio: 28 €

Camiseta lycra palabra de honor con transparencias.
Talla única.
Color: negro, blanco, rojo, rosa y azul eléctrico.
Precio: 12 €

Falda de lunares.
Talla S M L
Fondo negro o rojo con lunar blanco.
Precio: 24 €
 Mono largo de lunares.
Talla S M L
Precio: 30 €
  
Mono corto de lunares lazada en el pecho.
Talla S M L
Precio: 24 €



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