Vestido largo!!!!


Cuando veo a las quinceañeras, esperar en la puerta del hotel donde está concentrado un equipo de fútbol, horas y horas, sólo para ver pasar a los jugadores, ponerse a gritar y a llorar,... no lo entiendo.

Esperar a la salida de la Plaza de toros, para gritarle “Oles” al torero de moda, a pleno sol, con unos 40 grados, sin una poquita de sombra. No lo entiendo.

En las últimas noticias del telediario hablan sobre el gran concierto que da un cantante. Hablan del escenario de luz y color. Hablan de los países que ha visitado ya y otra lista igual de extensa de las futuras citas. Por último se van a la cola para entrar al concierto. Allí están las chicas con sus hermanas mayores e incluso las madres, "las superfans", y dicen que son las primera porque han pasado la noche entera allí. No lo entiendo.

Enterarse la chica que el cantante de los posters de su habitación sale en avión un día en concreto y pasarse todas las horas de ese día en el aeropuerto para verlo pasar. O pasear con el perro como la que no quiere la cosa por donde vive el portero de su equipo para que le firme la camiseta. Otra cosa que no entiendo.

Más monos!!!



Edward A. Murphy Jr. trabajaba con cohetes por rieles. A este hombre sus experimentos no le salieron muy bien, así que al final enuncio la siguiente ley: 

«Si algo puede salir mal, saldrá mal.»

Cuando dijo esto no sabía lo que iba a desencadenar. A partir de ahí cuando una persona quiere explicar sus infortunios, con un toque cómico, nombra a Murphy. Y yo la primera.
 Mis leyes.
"Ley 156. Si hablas por el móvil te llamarán al fijo."
"Ley 209. Si acabas de limpiar el baño, alguien tiene la urgente necesidad de utilizarlo."
"Ley 144. Si tienes dos planes para esa tarde, te cuesta decir que hacer, no te preocupes al final se anularán los dos."

Es muy normal en mí echarle la culpa a Murphy, y el número de la ley  me lo voy inventando sobre la marcha.

Así que me hizo el otro día mucha ilusión el saber que no estoy sola en el mundo de las leyes de Murphy, que somos muchos que las utilizamos para restar importancia a lo leve-negativo que pasa en nuestras vidas. No hay que prestarles más atención.

Estilismos: poner y lista!!!!


Cuando comienza el buen tiempo mi maleta sabe que no va a descansar ningún fin de semana. Los viernes se prepara en Sevilla camino de Zahara de los Atunes. Sólo cambia la ruta si tenemos la invitación de algunos amigos para hacer algo diferente.

Preparar la maleta en verano es mucho más fácil: bañadores, camisetas, un conjunto para salir la noche del sábado y ya está, lista. Una maleta más pequeña que la de invierno con jerséis gruesos de lana, camisetas, forro polares,... sólo con nombrarlos me da calor. Hasta noviembre ni los miento. 

Pero como nada es perfecto, ni un camino de rosa, hay algo en los preparativos de un viaje a la playa, que es un fastidio: los productos de aseo y cuidado de la piel. Creo que yo los triplico, a veces no entiendo de donde sale tanto bote.

Cabello: Champú, mascarilla, protector solar para la playa, el líquido especial para cuando te bañas para desenredarlo y el serúm para evitar el encrespado y la sequedad que te da la sal del mar. Y no me puedo olvidar del secador ni de mi fiel plancha del pelo.

Cara: limpiadora, tónico, hidratante de día, hidratante de noche, el serúm, protector solar para el rostro que evita manchas solares, y en un neceser aparte, base de maquillaje, polvos compactos, sombras, mascara de pestaña, gloss,...

"Body": gel, protector solar de distintos factores según el miembro de la familia, leche corporal,... ya he acabado? Qué fácil es el cuerpo!!!!

Tu estilo, tu mano, tu complemento


¿A cuántos conciertos has ido? Yo sólo dos, y no por ganas pero siempre hubo un porque para no ir: entradas agotadas,  se suspendió, entradas por las nubes,.... Una vez estuve a punto de irme sola porque nadie se animaba a ir… pero al final cambie de opinión, no soy tan valiente como mi sobrina María que se va sola a ver Madona porque era su ilusión.

Es fácil acordarse si sólo son dos.

Agosto del 88,  playa de Matalascañas, anunciaron que en la discoteca Surfasaurus había un concierto de Locomía. Macarena estaba encantada: "Vamos a ir, aunque nos tengamos que llevar a nuestras hermanas pequeñas!!!".Dicho y hecho. Allá que fuimos las cuatro, padres que nos dejaron en la puerta y padres que nos recogían, pero felices de estar solas en un concierto. El estar en la puerta una hora antes nos sirvió para estar en primera fila. El abanico de uno de los chicos me daba hasta fresquito!!!! Al cerrar los ojos y pensar en aquella noche puedo escuchar todavía los gritos de la chica que estaba detrás de mí: "Guapo!!!!". Si mi oído no murió aquella noche fue un milagro, la escuchaba a ella más que a la música. Nos lo pasamos genial, una noche de verano para no olvidar, nos sentimos mayores.

 Septiembre del 89, Mecano en el Estadio Benito Villamarín. A ese concierto fueron muchos de mis amigos aunque yo sólo iba con José Ángel y Susana. El día antes había comenzado tercero de BUP, en la presentación hable con mi tutor para decirle que al día siguiente faltaba a clase. Que mal trago pasé. Pero era MECANO!!!!, como podía no ir a ese concierto al primero que me dejaban ir sola ida y vuelta, incluidas. Mi primer macro-concierto…  y único. Recuerdo que iba vestida con un pantalón rojo, deportivas y una camiseta blanca. Llevaba una trenza de raíz en mi larga melena para no pasar calor, para sujetarla un pañuelo blanco y azul, estampado con estribos pequeñitos del "El Caballo". Como lo recuerdo tan al detalle??? Ese pañuelo era mi favorito y lo perdí!!!! Y aunque disfrute el concierto como una loca, salté, canté, baile,... en mi mente aparecía la cara de mi madre con el ceño fruncido recordándome que el pañuelo no volvía a casa. La pérdida del pañuelo era lo más lógico que pasará, cuando abrieron las puerta éramos tres locos corriendo por el césped, intentando  aproximarnos lo máximo posible al escenario. José Ángel quería tocar a Ana y Susana a Nacho. Y yo... no quería tocar a nadie me encanta la música de Mecano, quería vivirlo cerca.