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Rebajas: Lenceros!!!!

Seguro que cuando te has comprado una prenda lo primero que has hecho cuando has llegado a casa antes de estrenarla es quitarle la etiqueta del interior, esa que parece un libro, jijijijiji.

Normalmente las etiquetas-libro van en la ropa que son de tiendas multinacionales.  También, te encuentras todos los componentes y los consejos de lavado en varios idiomas. Lo hacen pensando en tí, por si quieres convertirte en polígota o, por si llevas tus prendas a una tintorería en el extranjero. Aunque, su final está claro... cortadas con las tijeras por lo molestas que son, pican, hacen bulto,... un estorbo total.

Cuando plancho mi ropa preparo la tabla de la plancha, el centro de planchado y también me pongo cerquita las tijeras. Mi tarea de planchado, solo se ve interrumpida cuando corto las etiquetas. Cuando finalizo, no sólo tengo que recoger la ropa y meterla en sus cajones, también tengo un montoncito de etiquetas que llevar a la basura.

Normalmente esto no tiene mayores consecuencias. Me da igual saber que mi camiseta es de polyester o de algodón, según lo arrugada que salga de la lavadora tendré que planchar más o menos, así que... Y las reglas de no mezclar colores fuertes con claros, lavar en agua fría para evitar decoloración, o no planchar a muy alta temperatura,... las tengo aprendidas a fuerza de "practicar" y de llevarme algún que otro disgusto por encontrarme mi blusa blanca favorita de un color rosáceo al lavarla con el polo del niño que llevaba un escudito minúsculo que desteñía, ainssss que rabia.

Pero hay ocasiones que te enfrentas a prendas que tienen varios tipos de tela, como una chaqueta con forro y te preguntas: si la meto en la lavadora el forro encogerá??? Tendré que llevarla a la tintorería??? La etiqueta no te puede ayudar, recuerda que la cortaste!!!!

En esos momentos me dejo llevar por mi instinto o por mi memoria, al pensar cómo lave alguna prenda parecida. Y si tengo dudas de si superará la prueba de un lavado delicado de mi lavadora, pues para eso está el lavabo y un producto para prendas "delicadas". Así se corre menos riesgo. Y en alguna que otra ocasión he recurrido a google para que me dé consejos, no falla, le preguntes lo que le preguntes siempre te ayuda!!!!

UNA + REGALO

Discurso de Madonna en la gala Billboard, donde se le otorgó el premio a la mujer del año:

<<Gracias por reconocer mi habilidad de continuar mi carrera durante 34 años ante la descarga de misoginia, el sexismo, la constante intimidación e impecable abuso. Estoy recibiendo un premio por ser la mujer del Año. Entonces me pregunto: “¿Qué puedo decir sobre ser mujer en la industria de la música? ¿Qué puedo decir sobre ser mujer?” Cuando comencé a escribir mis canciones, no pensaba específicamente en el género. No pensaba en el feminismo. Yo sólo quería ser artista. Pero mi musa real fue David Bowie. Él encarnaba el espíritu masculino y femenino, y eso encajaba muy bien conmigo. Él me hizo pensar que no había reglas. Pero estaba equivocada. No hay reglas… si eres un chico. Si eres una chica, tienes que jugar el juego. ¿Cuál es el juego? Te permiten ser bonita, linda y sexy. Pero no actúes demasiado inteligentemente. No tengas opinión. O por lo menos, no tengas una opinión que esté fuera de la línea del status quo. Te permiten ser convertida en objeto por los hombres. Y vestirte como una p**a, pero no eres dueña de tu putería. Y no, repito, no compartas tus propias fantasías sexuales con el mundo. Tienes que ser lo que los hombres quieren que seas, pero más importante aún, haz lo que las mujeres creen que es lo correcto cuando estás con otros hombres. Y finalmente, no envejezcas. Porque envejecer es un pecado. Serás criticada, denigrada y definitivamente no sonarás en la radio.
Años después, hice el álbum “Erótica” y se editó mi libro “Sex”. Recuerdo ser el titular de todos los periódicos y revistas. Y todo lo que leía sobre mí, era condenatorio. Me llamaron p**a y bruja. Un titular me comparó con Satanás. Y yo decía…”Espera un momento, ¿no está Prince dando vueltas por ahí con medias de red, tacones altos, lápiz de labios y el culo al aire?” Y así era. Pero él era un hombre. Esa fue la primera vez que entendí que las mujeres no tenemos la misma libertad que los hombres. Como mujeres, tenemos que apreciar nuestro propio valor. Y el valor de cada una. Como dije antes, no se trata tanto de recibir este premio como de tener la oportunidad de estar delante de ustedes y realmente darles las gracias como mujer, como artista, como humana. No tienen ni idea de cuánto significa su apoyo. Pero también a los que dudan y a los negativos, y a todos los que me dieron el infierno y me dijeron que no podía, que no debía, que no tenía permiso. Su resistencia me hizo más fuerte. Me hizo empujar más fuerte, me hizo la luchadora que soy. Me hizo la mujer que soy hoy. Así que gracias.>>

Estampados en tus jerséis!!!

Las apariencias engañan y a veces ocurre lo que no esperamos…
Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas sentados frente a su jardín. Ella no los conocía y les dijo:
—No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.
Ellos preguntaron:
— ¿Está el hombre de la casa?
—No, respondió ella, no está.
—Entonces no podemos entrar, dijeron ellos.
Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.
— ¡Entonces diles que ya llegué, invítalos a pasar!
La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.
—No podemos entrar a una casa los tres juntos, explicaron los viejitos.
— ¿Por qué?, quiso saber ella.
Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:
—Su nombre es Riqueza. Luego indicó hacia el otro:
—Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decide con tu marido a cuál de nosotros tres deseas invitar a tu casa.
La mujer entró a la casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:
— ¡Qué bien! Y ya que así es el asunto entonces invitemos a Riqueza, que entre y llene nuestra casa.
Su esposa no estuvo de acuerdo:
— Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?
La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo:
— ¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar estaría entonces lleno de amor.
— Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer. Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped.