Mil ideas en bolsos

Ponte en situación. Una chica entra en una clínica oftalmológica. La hacen pasar a la sala de espera, que está llena, otras doce personas que esperan su turno para ser atendidos. Bueno, en principio todos son ganchos del estudio que se va a realizar con cámara oculta.
Todos, los supuestos pacientes, y esta chica están sentados, alguno lee una revista, otro consulta su agenda,… Y de pronto suena un timbre. Todos se ponen de pie, menos la chica. Ella no relaciona el timbre con ponerse de pie, y el comportamiento de los otros le parece extraño. Una segunda vez el timbre, una tercera vez, todos se ponen de pie. Ella ya comprende la norma. La cuarta vez que tocan el timbre ella se levanta. Y lo hace todas las veces que suena, todas sin fallar ninguna. Ya hasta deja a un lado su revista para estar pendiente del timbre.
Los pacientes-gancho van siendo llamados a consulta y aunque la sala de espera se va desalojando ella sigue cumpliendo con la norma, timbre-de pie. Ella es la última ya está sola, sin que nadie la mire, supuestamente, sigue con el ritual: timbre-de pie, timbre-de pie,…
Entra un chico en la sala de espera, desconoce lo que ha pasado. Cuando la ve ponerse de pie con cada sonido, le pregunta: “Por qué lo haces???” a lo que ella contesta: “Sigo las normas, lo hacían los otros.”
Esta chica ha sido convincente, el chico la sigue. Van entrando nuevos pacientes y la imitan. Cuando ya es llamada para que la vea el oftalmólogo se va sonriendo por haber enseñado la norma y haberla hecho cumplir.

Queda demostrado: “Donde fueres haz lo que vieres!!!” Somos un pocos “borregos” y nos dejamos guiar??? Porque:
  • Es más fácil que tomar decisiones.
  • Por pertenecer al grupo
  • Para que no te tachen de “diferente”.

Vestidos para un look casual

Yo
Al verte sonreír,
Soy
El niño que ayer fui
Si yo nado por tus sueños
El miedo no vendrá y así sabrás lo bello que es vivir

Caen
Mil lágrimas al mar
No me veras llorar

Es que solo tu alegría
Amansa mi dolor y así yo 
Lo bello que es vivir

Si
Mi corazón siempre estará
Donde esté tu corazón
Si tú no dejas de luchar

Y nunca pierdas la ilusión
Nunca olvides
Hasta el final
Habrá un lugar para el amor

No dejes de jugar
No
Nopales de soñar

Que una noche la tristeza
Se ira sin avisar
Y al fin sabrás


Lo bello que es vivir

Clásico negro ó color burdeos???

El otro día sentada la familia viendo una serie de televisión española, apareció un objeto que a los niños llamó la atención. "Mamá que es esa caja de madera, con compartimentos, que se abre en cascada???" Sin quitarle la vista a la tele, mi mente voló al pasado, contesté: "Es un costurero de madera, tiene compartimentos para tener todo bien ordenado. Las bobinas de hilo, el acerico, el dedal,... Mi madre tenía uno enorme al ser costurera, el mío era más pequeño porque yo era la aprendiza. Aunque cuando mi hobby favorito fue  punto de cruz, me regalaron uno más grande, precioso con flores pintadas en la madera."
Al no tener respuesta por parte de ninguno de los dos, gire la cabeza para mirarlos. Allí estaban mirándome, con ojos como platos, no sé si pensando que estaba hablando en un idioma extranjero o que su madre era algo así como un extraterrestre. "Qué???" "Mami, no sabemos que son todas las cosas que has dicho. Costurero??? Acerico??? Dedal???"
Reflexión: los niños de hoy en día entenderán mucho de tecnología pero el vocabulario lo tienen a cero en muchos otros sectores. Bueno, la verdad es que no los conocen porque no se han criado rodeados de ellos. Se han perdido tantas cosas que estaban en mi casa con la edad de ellos.
En la costura.
  • Bobinas de hilos de colores, había que coger dobladillo, coser botones,... y muchas mamis utilizaban los patrones Burda para confeccionar la ropa a su troupe.
  • Acerico, en la muñeca siempre para tener a mano agujas y alfileres.
  • Aquellos costureros gigantes de madera, pintados a mano y con mil compartimentos para que todo estuviese ordenado y localizado.

Estampados en tus jerséis!!!

Las apariencias engañan y a veces ocurre lo que no esperamos…
Una mujer salió de su casa y vio a tres viejos de largas barbas sentados frente a su jardín. Ella no los conocía y les dijo:
—No creo conocerlos, pero deben tener hambre. Por favor entren a mi casa para que coman algo.
Ellos preguntaron:
— ¿Está el hombre de la casa?
—No, respondió ella, no está.
—Entonces no podemos entrar, dijeron ellos.
Al atardecer, cuando el marido llegó, ella le contó lo sucedido.
— ¡Entonces diles que ya llegué, invítalos a pasar!
La mujer salió a invitar a los hombres a pasar a su casa.
—No podemos entrar a una casa los tres juntos, explicaron los viejitos.
— ¿Por qué?, quiso saber ella.
Uno de los hombres apuntó hacia otro de sus amigos y explicó:
—Su nombre es Riqueza. Luego indicó hacia el otro:
—Su nombre es Éxito y yo me llamo Amor. Ahora ve adentro y decide con tu marido a cuál de nosotros tres deseas invitar a tu casa.
La mujer entró a la casa y le contó a su marido lo que ellos le dijeron. El hombre se puso feliz:
— ¡Qué bien! Y ya que así es el asunto entonces invitemos a Riqueza, que entre y llene nuestra casa.
Su esposa no estuvo de acuerdo:
— Querido, ¿por qué no invitamos a Éxito?
La hija del matrimonio estaba escuchando desde la otra esquina de la casa y vino corriendo:
— ¿No sería mejor invitar a Amor? Nuestro hogar estaría entonces lleno de amor.
— Hagamos caso del consejo de nuestra hija, dijo el esposo a su mujer. Ve afuera e invita a Amor a que sea nuestro huésped.