Te has llevado un rato peinándote y maquillándote. Tu estilismo...
ideal. Estás en el restaurante y te entra calor. Y piensas: "Si me quito
el jersey... verás que pelos se me quedarán, o el maquillaje se
estropea.". Eso si tienes suerte de quitarlo bien y no se te quede
enganchado al pendiente. Que ya es cuando todo el mundo se vuelve a mirarte
porque estás luchando disimuladamente para sacarlo sin despeinarte,
desmaquillarte o quedarte enganchada. Y ya lo peor que puede suceder es que
pierdas el tornillo del pendiente y el camarero venga a ayudarte a buscarlo. Tierra
trágame!!!!!
Opción dos. Muérete de calor. Consecuencia: no te centras en
la conversación porque el calor te nubla la mente.
Si una historia rocambolesca pero si sonríes es que alguna
ves te has visto en ella.
Solución factible: Tu chaqueta o tu rebeca. Si tienes calor
muy elegantemente te la quitas y nadie se da cuenta. Y sigues atendiendo la
conversación o al risotto de setas que está de escándalo.
Aquí tienes mis propuestas.
Rebeca azul marina.
Más larga por delante.