Cuando tienes que hacer un regalo puede estar ante dos
tipos de situaciones diferentes.
- Te
invitan a un cumpleaños a que no te apetece nada ir, pero "compromiso".
Así que tienes que pensar en qué regalar. La desgana se apodera de ti. Ni
tienes ganas de asistir al evento ni te apetece regalar a una persona que
no conoces. Qué regalas??? Algo por salir del paso. Los peores regalos que
se pueden hacer. Y cuando recibes un "gracias" con una sonrisa
forzada ya sí que confirmas que no tenías que haber asistido, una buena
excusa a tiempo hubiera sido una solución más valida.
- Aniversario
con tu pareja. Cumple de tu hermana. Santo de tu padre. Regalo de reyes
para tus hijos. Todas estas situaciones te inspiran ilusión por acertar en
tu regalo, encontrar el regalo "perfecto" que te compensarán con
una sonrisa no sólo de labios sino de mirada, de las que te llenan el
corazón.
También puede ser que a la hora de regalar seas:
- Esto
mismo, bien de precio y salgo al paso.
- Tengo
que buscar el regalo perfecto, él que sorprenda, él que guste,....
Lo ideal que el regalo que tengas que hacer sea a una
persona que te apetezca regalar y segundo que seas de la que te guste
"pensar" que regalar. Sino... el resultado generalmente será
desafortunado.
En mi filosofía de dar lo que me gusta recibir intento
que en la situación "regalo compromiso" también sea agradable buscar
un regalo bueno, aunque sea un detallito pero que "sirva" y no se
arrincone en cualquier cajón.
Es fácil acertar?? Si, simplemente hay que observar. Que
ves que la cartera de tu padre comienza a cambiar de color... cartera nueva.
Que tu hermana se para en un escaparate un rato largo... blusa nueva. Que el
bote de perfume de tu marido sólo tiene un dedito de líquido dorado... perfume
nuevo. Los boxers de los niños ya no son lo que eran, la secadora los
maltrata,... boxers nuevos de colores llamativos que les gustan más.