Rebajas: tops!!!

"Hace 62 años, un 21 de enero de 1955, abría sus puertas la Residencia Sanitaria García-Morato, hoy Hospital Universitario Virgen del Rocío.

Como curiosidad, también es conocido como "Hospital de Corea", debido al elevado número de accidentes laborales que se produjeron durante su construcción, que se enmarcó durante la Guerra de Corea (1950-1953), y a su lejanía con respecto al entonces centro urbano. 

Otra curiosidad... Joaquín García-Morato y Castaño fue un aviador, originario de Melilla, que participó en la Guerra Civil en el bando sublevado. Hasta la fecha está considerado como el máximo as de la aviación española.

Hoy en día el complejo hospitalario está considerado como uno de los mejores de España tanto por la calidad de sus trabajadores, como por la tecnología en él empleada."

La semana pasada leía este artículo que se publicaba para celebrar el cumpleaños de uno de los hospitales más importantes no sólo de Sevilla, sino de Andalucía y de España, incluso, por qué no decir, con renombre internacional.

Avances científicos en el campo de la medicina, maquinaria de última generación, tratamientos novedosos, referente en trasplantes, unidad de quemados de las mejores, y un largo etcétera. Pero, me quedo con el motor de la Ciudad Sanitaria de Sevilla...su personal: médicos, ATs, enfermeros, auxiliares, celadores, personal de limpieza, administración y todos lo que hacen posible que el hospital funcione. Son el motor, el corazón, que da vida a los ladrillos, tornillos y turcas que lo componen.

A todos ellos felicidades por hacer posible que los sevillanos duerman tranquilos. Sabemos que si tenemos que traspasar sus puertas vamos a estar bien atendidos y mimados en eso "días difíciles", que no deseamos que nunca lleguen mí para nosotros ni para ningún ser querido.

Rebajas: vestidos primavera.

El otro día hablaba con un conocido que trabaja en el mantenimiento de trenes. Un tema de conversación llevó a otro, una charla casual de nada y de todo. En un momento dado me dijo:
- El avance de la tecnología no está adecuado con nuestra sociedad.
- A qué te refieres? -le pregunté, animándolo a que me contará más, no me iba a quedar con la curiosidad.
- Los avances tecnológicos no tienen en cuenta a las personas, ni sus puestos de trabajo. Pronto los contadores de luz, agua, gas,... enviaran las información a la central vía internet. Así que los revisores de los contadores ya no tendrán sentido.

Cómo???? Que no voy a escuchar más por la escalera de casa al revisor del contador del gas gritar: "El gasssssss!!!!! El gasssss!!!!". No es que me hiciera especial ilusión oír esos gritos a las cuatro de la tarde cuando estoy relajada en el sofá, pero... es su trabajo. Y mientras echaba un vistazo a la numeración del contador, una conversación trivial sobre el tiempo siempre apetece.

Me siguió contando que pronto tampoco habría revisores en los trenes, pocos quedan ya pero haberlos haylos. Los tickets llevarán un chip que activan los sensores al pasar por la puerta del tren. Otros puestos de trabajo fuera!!!!

Y me citó otro ejemplo que ya se está instalando, las cajas de los supermercados donde tú mism@ te cobras. Menos cajeras amables con las que charlar mientras pasa tu compra por la cinta, tampoco se va a poder hablar con ellas de lo carísima que está la verdura o lo bueno que está el nuevo chocolate Nestlé????

Avances buenos: en medicina, en comunicación, en educación,... algunos. Pero en otros sectores esos mismos avances son perjudiciales. Dónde está el punto intermedio???? Mi miedo: menos contacto entre las personas, más relación con las máquinas. El comentario: “La chica que me atiende en la administración de loterías.” Será sustituido por: “Que máquina dispensadora de lotería más bonita!!!???? Ufffff… miedo, mucho miedo me da.

LIQUIDACIÓN TOTAL: REPASO

No te quedes sin una de estas gangas.
Últimas prendas!!!

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Jersey básico topo.
Talla única(40-42)
Precio antes: 12€ Ahora: 7€



LIQUIDACIÓN TOTAL: REPASO


Rebajas: primavera rosa!!!

La casa de mi infancia. Al entrar teníamos un taquillón donde mamá ya demostraba su gusto por la decoración al tener dos candelabros y un reloj dorados, decoración rococó de los 80. A la derecha el salón y la salita. El salón era la habitación de exposición, sólo utilizada los sábados para la limpieza general y en raras ocasiones para alguna visita de "postín". En él se exhibían toda la porcelana de Lladró de las que mi madre se "enamoraba", palabra textual muy utilizada por ella. También, el juego de café de plata: cafetera, tetera, lechera, azucarero y una bandeja de plata. Piezas que no sólo tengo grabadas en mi mente, también en mis manos de tanto frotarlas con el limpiaplata, una vez al mes.

A la izquierda del taquillón la esquina donde comenzaba el largo pasillo, unos cinco metros de pared a la derecha y a la izquierda la pared se veía interrumpida por la puerta del dormitorio de las niñas. Un dormitorio de más de 25 metros, enorme. Mamá siempre soñó con un dormitorio de reinas para sus princesas. Cierro los ojos y veo dos cabeceros de hierro forjado blanco y dorado, dos edredones de elefantes rosas cubierto por peluches. Más decoración sencillita, vamos.

El pasillo acababa de nuevo en una esquina, un ángulo de 90 grados, perfecto. Uno de mis sitios favoritos. Cuando entrabamos a casa del colegio yo solía esconderme es esa esquina, veloz, para que nadie me viera. Cuando mi hermanita pequeña giraba yo salía gritando y moviendo los brazos... "sustazo" asegurado!!!!! No podía parar de reírme. Mi risa, contagiosa, echaba al momentáneo enfado de Carolina. Consecuencia... ataque de "pavo". Mamá empezaba con sus frases, o mejor con su retahíla: "Dejadlo, ya!!!", "Después de la risa, vienen los llantos.", "Sentaros a comer en silencio.", "Dejad las risitas!!!" Delante del plato de lentejas, las dos agachábamos la cabeza para intentar dejar de reír... imposible. Sino a una u a otra, la risita se escapaba, era como abrir una puerta a las carcajadas. Mi madre intentaba controlar la situación, pero era prácticamente imposible. Cinco minutos de silencio forzado, cinco minutos de carcajadas a pleno pulmón.