Look salvaje!!!

No lo puedo evitar un bebé recién nacido tiene una especie de imán para mí. No puedo dejar de acercarme a ellos. Mirar esa dulzura, respirar ese olor a vida recién estrenada, todo ternura,... Pero en este caso, algo me iba a agradar más.

Su mamá intentaba entrar en el centro de salud y el carrito se quedaba atascado con la puerta. Ya lo dice la ley de Murphy 35: "La rueda del carro de tu bebé, topa con todo." Así que viéndola en apuros me acerque para ayudarla. Y el imán me pidió echar un vistazo a una preciosa niña vestidita de rosa.

"Ainssss qué preciosidad!!!! Es una muñequita!!!! Tan bonita!!!"
"Gracias. Es mi pequeño milagro."

No sé lo que reflejo mi cara. Supongo que en un microsegundo pensé que era una bebé muy deseada, quizás fecundación in vitro, quizás pérdida de algún bebé anterior, miles de cosas que te hacen pensar que tu bebé es un milagro. Así que con su contestación quiso disipar mis dudas.

"Hace dos años estaba en la cama de un hospital esperando un trasplante. Pocas esperanzas tenía, mejor dicho ninguna. Hace 20 días estaba de nuevo en el hospital para recibir a mi hija. El milagro de una donación me la dio. Se lo cuento a todo el mundo, soy muy feliz!!!"

Es duro pensar que la alegría de esta chica sea consecuencia de la pérdida de un hijo, o de un hermano, o padre en otra familia. Una persona que tuvo el mayor gesto altruista que pueda tener un ser humano. Regalar vida, regalar sus órganos.

Tenemos que estar orgullosos que en España se produzcan tantas donaciones. El país que encabeza el ranking con mayor número de donaciones. Cifras y números en un papel, lo importante son que los sentimientos y sensaciones que producen.

Héroes anónimos que todos los días salvan vidas y no salen en prensa. Héroes que hacen a otras personas seguir disfrutando del sol, del mar, de los bosques y del aire. Héroes qué quizás sólo han hecho una hazaña en su vida, pero la más grande que se pueda hacer.

Desde Zahara con Amor

“Esos pequeños nódulos, en principio sin importancia. Las continuas afonías y dolor de garganta. Pueden ser causados por uno de estos tres motivos: persona muy nerviosa, hablar continuamente y tener un volumen alto de voz.”
No lo tuve que pensar mucho tiempo… “Tres de tres!!! Afirmativo para todo.”
Mi logopeda ya tenía clara la situación desde la primera sesión que tuve con ella. Lo que me sorprendió fue como se iban a desarrollar las sesiones a partir de aquella.
Sesión 1. El lugar que ocupe los primeros minutos de la hora que permanecía en su despacho era su sillón, que se reclinaba hacía tras. Me pidió que siguiera las instrucciones de la grabación. “Cierra los ojos y respira lentamente. Coloca tus manos sobre tus piernas. Centra tu atención en tu mano derecha, siente como pesa y como se relaja. Concéntrate en tu mano izquierda, siente como pesa y como se relaja. Respira y nota como tus manos no pertenecen a tu cuerpo.” Primera etapa superada.
Sesión 2. Reclinada en su sillón esta vez esa voz profunda me pedía que aprendiera a relajar mis piernas.
Sesión 3. Los brazos.
Sesión 4. El tronco.
Sesión 5. Cuello y cabeza.
Sesión 6. Todo: manos, piernas, brazos, tronco, cuello y cabeza. Tuve la sensación de relax máximo. Me veía tumbada y yo flotaba.
Sesión 7-10: Pensé que ya al controlar todo mi cuerpo la relajación había acabado pero cuando se lo comenté me dijo: “No, Noelia, queda la parte más difícil. Relajar tu mente. Seguro que mientras que estas relajada en este sillón has pensado en lo que vas a preparar de cenar o en otras tareas pendientes. Tienes que desconectar por completo, cuerpo y mente.”
En esta ocasión la voz que activaba mi desactivación me pidió que me mirara en un espejo y que me gustara la imagen que viese reflejada. Que pusiera la mano en el espejo para pasar al otro lado, a mi lugar preferido y que no solo viese detalles sino que también lo sintiese. En cada una de las sesiones que estuve practicando este ejercicio realmente me sentí transportada:

Camisetas con brillo propio

Aquellas señoras que iban por la calle en los ochenta, quizás no habían cumplido los treinta. Eran mujeres maduras porque su juventud la comenzaban a los 15 años. A los 18 estaban casadas y con 25, como mínimo, tenían tres hijos. Así era mi madre.
Todas con el mismo estilismo: Cabello por encima del hombro y con unos rizos sacados a fuerza de tener los rulos toda la noche puestos. Rulos pequeños para el flequillo, rulos mediados para la mitad de la cabeza y rulos grandes para la otra mitad pegada a la nunca. Falda lápiz de mezclilla en colores tierra. Blusita abotonada hasta el último botón y una rebequita de angorina sobre los hombros. La rebeca era sustituida los días festivos y en ocasiones especiales por una chaqueta corte recto con hombreras. Si la ocasión lo requería en la solapa se adornaba con un broche de oro, que era la joya de la familia. Poco más que decir del estilismo. Todas las mamas iban uniformadas. Colores fuertes... nunca. Si alguna chica se saltaba los cánones establecidos... era "hippie", palabra que se utilizaba en un tono que indicaba "no es de buena familia, católica, apostólica".
Esta opinión no la he obtenido de ver la serie "Cuéntame" o todos los programas recordando el pasado que actualmente se empeña la tele que veamos, como si los 80´s hubiesen sido la mejor década de la historia. Este razonamiento lo hice cuando un día al salir del cole, tuve que mirar a muchas mamás intentando encontrar a la mía.
Quizás el punto de inflexión para el romper con la tradición y las normas naciera en aquella década, el comienzo de una nueva etapa en la política española después de tantos años bajo el mismo gobierno, puede tener una base lógica. Un cambio que dio paso a una nueva forma de vida.
Ahora con 15 años sólo son niñas intentando entrar a pasos agigantados en la adolescencia. Dejamos pasar los veinte estudiando y disfrutando de la vida. Y tal vez, sólo tal vez, a los treinta entre el gusanillo de formar una familia, "sentar la cabeza". Lo que está claro que hoy a los 30 no eres una "señora madura" eres una mujer estupenda que está en un momento álgido de tu vida. Y lo más importante, eres diferente al resto, nada de seguir un patrón de vestuario o peinados.

Look para presumir!!!!

Sólo tengo una hermana, que vale por mil, seguramente mi vida sería muy diferente sin ella. Tenemos una muy buena relación de hermanas-amigas, eso no quiere decir que no tengamos nuestros "rocecillos" pero el cariño que nos tenemos es tan grande que ambas olvidamos porque discutimos a los 10 minutos... bueno a las dos horas.
Muchas veces, muchas, nos han confundido por la calle. Debo reconocer nuestro parecido, aunque no es para tanto!!!! Creo que no soy la única despistada que habita en el planeta tierra.
Cuando estamos juntas y nos preguntan quién es la mayor siempre gastamos las mismas bromas, porque hemos perdido la cuenta de las veces que la hemos contestado.
Carolina: Soy la pequeña, no ves que tengo mejor piel. Soy la joven!!!!
Noelia: Ella es la joven pero yo soy la simpática.
Carolina: Mi hermana es mayor en edad pero yo soy la que tomo las decisiones.
Noelia: Lo que quiere decir mi hermana es... "mandona".
La persona que nos preguntó asiente con media sonrisa y se promete que nunca volverá a realizar esa pregunta, vaya discursito!!!!
Eso sí estamos en público, en privado para "chincharla" le digo:
- Carolina, recuerda que papá quería un segundo hijo y mamá le hizo chantaje con una lavadora nueva. Si mamá hubiese tenido lavadora... sería hija única.
- Perdona???? Tú fuiste el ensayo. Yo soy la obra de arte!!!!
- (Las dos a la vez) Chincha rabiña!!
Supongo que todos los herman@s tienen sus propios piques y no por ello se dejan de querer. Sean el número de hermanos que sean. Pero yo quiero hablar de los hermanos segundos...