Blusas de primavera

Recogí a mi hijo mayor del colegio, tendría unos tres años. Mientras le daba su almuerzo el niño no paraba de quejarse se sueño, un niño-marmota acostumbrado a dormir una media de diez a doce horas. Así que la situación me pareció de lo más normal. Cuando a las dos horas lo intente despertar, no quería, con los ojos cerrados decía: "Sueño!!!" Así que pensé que ese día tendría una siesta larga. A la hora de la cena después de cinco horas, ya la situación no era normal, una madre primeriza se empezaba a poner nerviosa. Ese día no hubo bañito ni cena, la siesta se convirtió en sueño profundo y continuado hasta la mañana siguiente. Ni que decir tiene que durante aquella noche fui innumerables veces a ver si estaba bien. Cuando pasaron 19 horas el niño se despertó, Forrest Gump paró de correr y mi hijo paró de dormir, así de sencilla. 
Le di el desayuno y nos fuimos a la pediatra, menos mal que no habíamos viajado a una zona tropical porque lo del mosca del sueño revoloteaba por mi mente, pero había viajado alguien que la había transportado en su maleta... cosas más raras suceden cada día. (Ehhhhh paranoica yo???)
- Buenos días, Marisa. Te traigo a Manuel para que le hagas una revisión.
- Buenas, qué le pasa a mi rubio?
- Ha dormido 19 horas seguidas!!!!
- Qué??? (Ojos como platos) Porque ha dormido mucho lo traes al pediatra. Estaría cansado!!! Además este niño es muy dormilón!!!
- Marisa, no lo veo normal que se acueste para la siesta y se despierte a la mañana siguiente.
Marisa ya no habló... la risa se lo impedía.
Y así fueron muchas alarmas imaginarias antes las cuales yo corría a la pediatra a que me tranquilizara. A veces pienso que es la pediatra con más paciencia que hay en el mundo, un encanto que siempre ha tratado a mis hijos genial!!!
Una vez le pedí un libro de instrucciones para bebés, ante todo dudas y ante todo piensas que es algo importantísimo. Eso con el primer hijo por supuesto, con el segundo todo se desdramatiza. Se respira dos veces y resuelve la situación, la experiencia siempre es un grado.

Paraguas

Tomando apuntes en clase de historia mi bolígrafo me avisaba que su tinta se acababa. Abrir mi mochila, buscar el estuche, sacar un nuevo bolígrafo y volver a la postura de oyente atenta, tuvo como consecuencia perder tres o cuatro frases que no pudo retener mi mente. Al finalizar la clase me volví al compi de la derecha y le pedí que me prestara sus apuntes para copiar lo que me faltaba. "No me extraña que te hayas quedado atrás, con esa letra redondita que tienes y escribiendo las palabras enteras." 
Palabras enteras??? Lo comprendí inmediatamente al mirar sus apuntes, todo eran abreviaturas o letras sueltas que supuestamente eran palabras!!! Se había querido meter conmigo con "letra redondita" pero mis apuntes eran textos que después se podían estudiar simplemente con leerlos, los de él necesitaban una traducción simultánea. 
Siempre me negué a sacrificar palabras por correr a la hora de tomar apuntes, mi mano corría y mis dedos sujetaban fuerte el bolígrafo para que este no escaparse entre mis dedos, buena fe de ello da la marca que tengo en el dedo corazón.  Bueno, tengo que confesar que las palabras que sufrieron recortes fueron también y que, por tb y q, pero ni una más.
En mi primer trabajo como profesora en el centro de formación se impartían clases de taquigrafía un reto al que quise enfrentarme. La taquígrafa en los juzgados es la que está más informada de todo y eso de ir a los juicios con tu traje de chaqueta y zapatos de salón, siempre me pareció de lo más sexy.
En la primera clase de taquigrafía que recibí, te pedían que escribiera un texto sin vocales, unidad 1 superada. En la segunda, empezaban a desaparecer algunas consonantes y eran sustituidas por símbolos; por ejemplo los adverbios acabados en -mente se sustituyen por una raya. En la tercera clase cuando termine de escribir mi texto, me levanté y dije: "No me gusta la taquigrafía es como un verdugo de palabras". Compadecí a las taquígrafas de los juzgados que van muy bien vestidas pero escriben jeroglíficos. Siguiente reto, por favor.

Originalidad en tus pendientes

En la radio el presentador el día después de reyes comentaba sobre que regalos habían pedido más lo pequeños. Como curiosidad añadió:
"Menuda excentricidad la de Ed Sheeran!!! (Cantante británico). Fue a la juguetería y se ha gastado más de 3000 mil dólares en todos aquellos juguetes que sus padres no le compraron de pequeño, tal vez por ser demasiados caros, peligrosos o por no hacer de su hijo un niño caprichoso (no creo que lo hayan conseguido del todo, no??). Ed dice que así el día que tenga tiempo podrá ir a su sala de juegos. No ha abierto ni la mitad de ellos pero dice: Lo importante es que ahora puedo permitírmelo!!!"
Lo siguiente que ese escuchaba en la emisora fue una canción, pero no le presté ninguna atención, en mi cabeza las palabras: "Excentricidad, Ed Sheeran y tontería", daban vueltas y más vueltas.
Así que cuando llegue a casa consulte en la página de la RAE la palabra excentricidad a ver si me aclaraba algo: "Rareza o extravagancia de carácter. Dicho o hecho raro, anormal o extravagante."
Ahhhh pintarse las uñas fucsia con lunares amarillos puede ser un hecho extravagante. Construir tu casa siguiendo los planos de la casita de chocolate, es anormal. Los Reyes Magos de Madrid, son raros. O... tal vez lo que uno consideran originalidad y personalidad otros lo consideremos una extravagancia por no ser lo "tradicional". Como siempre digo: "Quien puede juzgar lo que hacen los demás sin dejar de juzgarse a sí mismo???"
Pero lo de este cantante, Ed Sheeran, me parece un poco tonto. Si hubiera comparado los juguetes y los hubiera repartido entre los niños de un orfanato, lo hubiese llamado "buena acción". Lo que él no puede tener que lo tengan los demás, verdad??? Aunque... volviendo a mi intención de no juzgar y que cada uno haga lo que le plazca, Ed me podría decir: "Con mi dinero hago lo que quiero", verdad??

Complementos: pulseras.

Gwyneth Paltrow en 1998 protagonizó una película titulada "Dos vidas en un instante". Una chica que vivía con su novio, hasta ahí todo normal. Una mañana la despiden del trabajo, recoge sus cosas y cuando llega a la estación del metro la película se divide en dos: le da tiempo de coger el metro y las puertas se cierran segundos antes de montar. Un claro ejemplo de cómo una vida puede ser diferente por los caprichos del destino, aunque a veces somos nosotros al tomar una decisión los que hacemos que la vida tome un curso u otro.
Cuando me dieron la nota de selectividad sólo pedía que fuese la justa y necesaria para poder entrar en Periodismo. El día que nos citaron nuestros profesores para entregarnos aquella cartulina que decidía nuestro futuro estaba tan nerviosa que no podía estarme quieta ni un segundo en aquella silla dura de madera. Por orden alfabético mis compis se iban levantando y mostrando en su cara la alegría o la tristeza por el resultado obtenido. Cuando el director pronunció mi nombre, con pasos tambaleantes me puse delante de él. La sonrisa que mostraba me indicaba que la nota era buena pero cuando baje los ojos al papel el 7,1 a mí me pareció insuficiente, necesitaba como mínimo un 7,6 para entrar en la carrera que yo quería!!!
La administrativa de la facultad me dijo: "Con tu nota de selectividad no puedes acceder, pero puedes probar en la Universidad de Navarra. Al año puede pedir traslado a Sevilla, siempre que hayas aprobado una como mínimo."
Un año en Pamplona??? Un año fuera de Sevilla??? Con 18 años recién cumplidos en mi mente aquella idea era impensable. Estar lejos de mi madre, de mi padre y de mi hermana??? Aunque pensándolo con la perspectiva que da el tiempo, a quien no quería dejar era a mi novio. Con lo melodramática que era, pensaba que mi novio me olvidaría, empezaría a salir con otra chica y yo despechada saldría con el primer navarro que me cruzara, me casaría en el norte y vendría a Sevilla en verano y en las fiestas. Toda esa película me monte en mi cabeza!!!!
Así que en ese punto es donde mi vida tomó el rumbo hacia lo que es hoy, dejando a un lado la idea que siempre había tenido de ser periodista. Durante todos estos años he pensado que aquella decisión fue acertada y en algún momento he pensado que fue errónea.